miércoles, 7 de enero de 2009

Carlos Montemayor / I

Sobre los mexicanismos gandalla y agandallar

El Diccionario de la Real Academia Española, en su edición de 1984, registra la voz gandaya con dos acepciones. La primera, como “vida holgazana”, con las expresiones o frases “andar uno a la gandaya”, o “buscar o correr uno la gandaya”, o “ir por la gandaya”, significando todas “buscarse la vida el vagabundo que no tiene ocupación fija”. La segunda acepción es “redecilla del pelo”. La edición de 2001 registra como primera acepción tuna, con el sentido de “vida libre y vagabunda”. La historia de estas acepciones es interesante y nos puede ilustrar ampliamente su uso en México.

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