viernes, 30 de enero de 2009

Así es, todos los mexicanos debemos no sólo pedir, sino "exigir" la renuncia de Calderón.

Luis Javier Garrido

El pacto

El viraje profundo de la política del gobierno de facto ante los cárteles del narcotráfico constituye una nueva derrota de Felipe Calderón, quien ha perdido casi todo su poder de mando.

1. El pacto promovido por la Secretaría de la Defensa Nacional, que habrían efectuado los representantes de los principales cárteles del narcotráfico en diciembre de 2008 acordando “una tregua indefinida”, revelado por el periódico sinaloense Ríodoce el 11 de enero y comentado en Proceso 1682 del día 25, y que está teniendo un alcance nacional que se refleja en una notoria disminución de la violencia, constituye un abandono del gobierno de facto de las políticas que le había impuesto la administración de Bush para hundir a México en la violencia y una derrota personal de Calderón en su intento por paquistanizar México y poder entregar a Washington el pleno control estratégico del territorio nacional.

2. El “pacto entre los cárteles” no fue en realidad sino un acto en el que los representantes de esas organizaciones tomaron nota del ofrecimiento del gobierno espurio de detener sus políticas de provocación y hostigamiento, demandadas por la administración Bush, y que Calderón asumió como la estrategia central de su “gobierno” para forjarse una imagen y ocultar tanto su ilegitimidad como su ineptitud. La supuesta “guerra contra el narco” no fue otra cosa que la utilización de las fuerzas armadas en una burda injerencia en el mercado para favorecer a unos contra otros y hacer prevalecer los intereses en el negocio de la coalición de grupos en el poder.

(del 3. al 10. en el enlace, arriba)