domingo, 10 de mayo de 2009

EL ESTADO, NO QUIERE A UN PUEBLO PENSANTE NI EDUCADO, QUIERE PURO MAQUILADOR. ENTONCES... HACE "REFORMAS", PARA IMPEDIR PENSAR Y "SABER"

La filosofía y la reforma del bachillerato
Arnaldo Córdova

La desaparición de las disciplinas filosóficas (historia de las doctrinas filosóficas, lógica, ética y estética) de los planes de estudio del bachillerato que ha estado instrumentando la Secretaría de Educación Pública no es algo que sólo preocupe a los integrantes de la comunidad filosófica de México, si es que existe algo parecido. Muchos de los que estamos involucrados en la formación de cuadros de investigación en historia y ciencias sociales hemos dado muchas peleas por la formación filosófica de nuestros alumnos y hemos expuesto nuestras razones. Yo voy a dar ahora las mías en mi ya larga experiencia como formador de investigadores.

Como parte de mis estudios en filosofía del derecho, en mis años de Italia (1961-1964), mis maestros me hicieron estudiar la obra de los principales filósofos modernos. Mis autores fueron Hobbes, Descartes, Locke, Bacon, Vico, Leibniz, Hume, Kant, Hegel y Marx y tuve que estudiarlos en sus propias lenguas, porque, como me decía mi maestro Umberto Cerroni, la nuestra es, ante todo, una investigación filológica. Mientras me enfrascaba en el estudio de aquellos autores, también a mí me vino a la cabeza la pregunta ¿para qué todo esto? y mi maestro Widar Cesarini Sforza, titular de la cátedra de filosofía del derecho, me dijo: Hoy no lo podrás ver. Lo verás cuando ya seas un profesional de la ciencia.

Cuando pude entrar a dar clase en 1967 a la UNAM, en la entonces Escuela de Ciencias Políticas y Sociales (en la Facultad de Derecho sólo pude dar clases hasta 1989), había una auténtica fiebre por el estudio de una gringada llamada métodos y técnicas de investigación social. Tengo unos 50 libros que me compré sobre esa materia. Leí todos los que pude y, un día, le pregunté a Enrique González Pedrero, mi director, para qué hacían que nuestros estudiantes llevaran hasta cuatro y a veces incluso cinco cursos sobre esas idioteces. Él me preguntó: ¿Qué les darías a estudiar? ¡Filosofía!, le contesté de inmediato. A la pregunta de qué les daría a leer a los estudiantes le dije “¡La Crítica de la razón pura de Kant!” Enrique me sonrió casi con conmiseración y no dijo más.

Artículo completo, pícale aquí.

EL MIEDO PROVOCA MÁS MIEDO...


Otro prestamito de Madreselvas. Ni modo, me gustan los exvotos que pinta, son como de inocentes.