lunes, 10 de noviembre de 2008

¡Ayyyyyyyyyyyyy... Mouriñooooooooo!

Astillero
Julio Hernández López Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
■ Fetichismo azul
■ Heroísmo en pareja
■ Lucro y elecciones
Vista parcial, anoche, del área donde cayó el martes pasado el Learjet de la Secretaría de Gobernación, tras haber sido desalojados del lugar los vehículos afectados y los restos del avión Foto: Luis Humberto González

Felipe Calderón cerró ayer la primera parte de su proceso personal de construcción de un insospechado paladín (luego vendrán las nomenclaturas viales, las denominaciones inmobiliarias y las rotondas electorales ilustres). Emocionalmente perturbado, con un discurso de pasiones políticas que llegó al extremo de calificar de “heroísmo” el trabajo del joven amigo muerto, el ocupante formal de la Presidencia de la República llevó la exageración de sus alabanzas al extremo de revelar virtualmente que durante dos años quien gobernó en México fue el fallecido secretario de gobernación o, para aplicar la figura del sexenio anterior, una pareja o un tándem presidencial. Tantas habrían sido las virtudes y habilidades del superfuncionario nacido en Madrid que a estas alturas vale preguntarse no sólo si habrá entre los mortales alguien con credenciales suficientes para atreverse a intentar el llenado de los enormes zapatos del Bucareli tocado por San Camilo, sino incluso qué será de este país sin su presencia física (pues la histórica ya le ha sido garantizada mediante decreto, y la de presunto fetiche electoral ya está en imprentas y estudios de producción).
Domingo frente a panistas en el que Calderón continuó la ahora sí inocultable tarea de obtener ganancia política de una muerte que ni siquiera tiene esclarecimiento formal. El secretario Luis Téllez pelea a contracorriente para sostener la tesis de que la caída del Learjet fue accidental, mientras el jefe del gabinete insiste en plantear como epopeya lo que podría haber sido un suceso fortuito sin tintes propios para tejer leyendas o relatar proezas. Pero al tocado mánager michoacano le urge asegurar que Mouriño fue el estratega de su victoria electoral porque cree que así refuerza la versión de que ganó legítimamente, gracias a los poderes hasta ahora ocultos de un genio supremo que le empujó a pelear por la sucesión de Vicente Fox cuando las encuestas demostraban que esa aspiración era “una locura” y que le hizo ganar los comicios casi mágicamente (“contra todo pronóstico (...) logró (...) conducirnos, me incluyo, nos condujo hacia la victoria”). Otra de las distorsiones propagandísticas contenidas en el discurso faccioso que sostiene Calderón es la de reconocer al difunto una proporción enorme en el logro de los grandes cambios y la gran mejoría que según eso se habría alcanzado en México en los dos años recientes, apreciación felipense absolutamente distante de la realidad cotidiana.
La peligrosa desmesura del tutor michoacano al hablar de su pupilo fallecido llegó al punto indefendible de proponer ... Más netas de Julio, aquí: http://www.jornada.unam.mx/2008/11/10/index.php?section=opinion&article=004o1pol