miércoles, 14 de octubre de 2009

Más sobre las atrocidades del espuriato!

Un manotazo de negociantes
Luis Linares Zapata

Frente al desfiladero que el señor Calderón ha empezado a bajar en su ilegítimo sexenio ensaya, una vez más en su pequeña historia, un falso brinco al futuro. El puro estilo del haiga sido como haiga sido otra vez reluce con triste brillo. Una ocasión adicional para entrar a la televisión encadenada que tanto placer acarrea a sus ambiciones. Fiel a su descompostura como funcionario, político y líder, no encuentra otra manera de enfrentar (¿acaso negociando con justicia?) uno de los muchos problemas que aquejan a esta atribulada República: la real modernización del sector eléctrico. En lugar de ello envía, en clásico sabadazo futbolero, a sus secuaces a tomar instalaciones de la LFC sin, en ese preciso momento, las bases legales para ello. Un abierto manotazo de autoridad que muestra, a las claras, tanto su íntimo talante como las deficiencias que lo aquejan como conductor dentro de un Estado de derecho que pretende fundamentar la vida democrática.

El decreto de disolución es un intento de congraciarse, de sopetón, con los mandones de la iniciativa privada, un cómodo grupito que le había retirado simpatías y hecho reclamos en tiempos recientes. También se enfoca el oficialismo sobre ese segmento que lo sigue: la clase media temerosa de los cambios, pero que, de varias inclementes maneras, está siendo afectada por las inacciones, fallas y huidas poco graciosas de la realidad que efectúan los calderonistas, sus patrones y aliados de viaje. Para lograr tales objetos, desde Los Pinos y sus variados cuan nutridos anexos mediáticos, se desató una feroz campaña para situar al SME como el ente abusivo, irredento culpable de todos los males eléctricos y presupuestales. ¡Se atrevían a cogestionar la empresa!, acusó con desprecio inaudito de litigante chicanero el secretario de Gobernación, Gómez Mont. El ensañamiento ha sido brutal y sólo tiene comparación con las andanadas que enderezan contra López Obrador y el movimiento que encabeza. Se ha llegado a sugerir que el SME y el obradorismo recurrirán a Hugo Chávez, ese fenómeno de todas las desgracias continentales, según la versión derechosa. Tampoco se olvidan de los grupos subversivos internos para fortalecer sus desmesuradas andanzas (¿extraña manera de enfocar el derecho al empleo?) otros avezados columneros del oficialismo.

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