viernes, 18 de diciembre de 2009

Contundencia y claridad, la del maestro Garrido.

El Decálogo
Luis Javier Garrido

La supuesta "reforma política" de Felipe Calderón, anunciada hace tres meses, que ahora envía en 10 puntos al Poder Legislativo exigiendo se le apruebe "al vapor", es un bodrio que entraña gravísimos retrocesos para la vida democrática –en especial con vistas a 2012–, y que no logra ocultar sus pretensiones con su mañosa presentación como un paquete "progresista" o inocuo.

1. El paquete de 10 modificaciones constitucionales y legales en materia político-electoral, que el gobierno calderonista envió al Senado el 15 de diciembre, y que sería la decimonovena "reforma electoral" desde que Salinas de Gortari y el PAN pactaron en 1988 la que sería la "reforma electoral definitiva", constituye una nueva regresión en materia de instituciones políticas, de partidos y de elecciones, que cancela múltiples derechos a los ciudadanos en aras de consolidar el modelo económico –y político– del neoliberalismo, pues busca establecer en vistas a las elecciones presidenciales de 2012 nuevos "candados" a los procesos electorales para hacer más difícil la expresión de la voluntad ciudadana.

Del 1. al 10. pícale aquí.