lunes, 1 de diciembre de 2008

A dos años... Que nos han parecido ya, una eternidad de problemas que ésos, no van a pasar

Dos años de déficit
Hoy hace dos años, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, Felipe Calderón Hinojosa cubrió, entre empellones e impugnaciones, el formalismo legal para convertirse en presidente constitucional, mientras afuera del recinto la cólera de un tercio del electorado era contenida por tanquetas y efectivos armados hasta los dientes. La víspera, en Los Pinos, en una ceremonia virtual y hechiza, ajena al marco legal del país, y sin más público que las cámaras del duopolio televisivo, Vicente Fox, en presencia de su sucesor, entregó la banda presidencial a un cadete. Cerró, de esa manera, un gobierno de traiciones: traiciones a sus propias promesas, al mandato que recibió seis años antes, a la soberanía nacional, a la decencia republicana y a las esperanzas populares de bienestar, democracia, seguridad, equidad y legalidad. En los dos últimos años de su sexenio, y con particular énfasis a lo largo de ese 2006, Fox se erigió en uno de los principales factores de distorsión del proceso sucesorio: primero intentó heredar la silla presidencial a su cónyuge, y después, cuando los propios panistas frenaron ese desatino, usó el aparato del Estado para buscar la destrucción de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y para fortalecer a su correligionario Felipe Calderón.
Pero Fox no fue el único que desvirtuó la elección de 2006. Las ... Más de esteartículo aquí:
http://www.jornada.unam.mx/2008/12/01/index.php?section=opinion&article=002a1edi

No hay comentarios: