miércoles, 26 de noviembre de 2008

Ahora sí que el "barco de gran calado" que timonea Felipillo y (aba) Mouripillo se va forzando el timón hacia la derecha radical ¡¡¡¡QUE MIEDO!!!!

Astillero
Julio Hernández López Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
■ Soledad claudicante
■ El regreso de El Yunque
■ En el nombre de Dios










LABORES LEGISLATIVAS: Así estuvo por momentos el salón de plenos durante la sesión de ayer en la Cámara de Diputados Foto: Francisco Olvera
Felipe Calderón está creando un Frankenstein operativo. Primero instaló en Bucareli a un litigante especializado en defender a ricos y poderosos y ahora ha mandado traer del Vaticano a uno de los líderes nacionales de El Yunque para que lo auxilie en tareas delicadas, según eso en la secretaría particular. Si con Gómez Mont instauró el conflicto de intereses y el tráfico de influencias como criterio rector de la gobernación nacional, con Bravo Mena estaría devolviendo el control político de la presidencia formal del país a una ultraderechista facción secreta (ya antes Ramón Muñoz, llamado Julio Vértiz en las sesiones oscuras, dominó Los Pinos durante el foxismo). De confirmarse lo que anoche en todos los corrillos se daba como un hecho, es decir, la designación del embajador católico en sustitución del amigo César Nava, se estaría en presencia de una temprana y contundente soledad política de quien habría repartido ya tantos espacios de poder a representantes de grupos vigorosos que se estaría quedando con la pura lealtad de su banda tricolor y sus uniformes militares. Caído el héroe Mouriño, Calderón tiene a Diego Fernández de Cevallos y Carlos Salinas de Gortari instalados en Gobernación, a Vicente Fox y Ramón Muñoz en la secretaría particular (a menos que no sea este el destino de Bravo Mena), a Salinas y poderosos grupos trasnacionales en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (donde despacha Luis Téllez Carlyle), y a chantajistas y peligrosos grupos de espionaje y extorsión instalados en la secretaría federal de seguridad pública (donde Genaro García Luna recibe impropias exoneraciones públicas de su jefe Calderón mientras sus cercanos, entre ellos su ex secretario particular, declaran ante la parte bélica adversa al reverendo Moon, es decir, ante la procuraduría Televisa a cargo de Eddy Medina Mora). Más del cuento este de terrorismo panista aquí: http://www.jornada.unam.mx/2008/11/26/index.php?section=opinion&article=004o1pol

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