martes, 7 de octubre de 2008

...Y le gritaron ¡ESPURIO! con un valor que nos pasmó, gritos con la convicción en la mente y la sangre caliente. ¡Que valor de muchchos!

Pedro Miguel navegaciones@yahoo.comhttp://navegaciones.blgospot.com
Teo, Leonardo y Mario
El viaje de Teo aborda de una manera exasperante, divertida y triste, las peripecias de un chavito migrante en un punto fronterizo de Sonora. Al final, vayan a verla, la cinta advierte: “129 niños y niñas mexicanos son repatriados diariamente desde Estados Unidos a México”. Qué promedio. Chulo de bonito el país que hemos destruido, por acción o por omisión, para dejarle la pedacería a nuestros hijos. Y hay que decirlo en primera personal del plural porque los responsables del arrasamiento no son únicamente los neoliberales que asumieron el poder durante el sexenio de De la Madrid, ni los banqueros saqueadores, ni los legisladores coyotes, levantadedos y vendeconciencias, ni los funcionarios que se retiran con bonos millonarios en una nación de hambrientos, ni los altos mandos de policía que violan la ley con el pretexto de cumplirla, ni los directivos de una televisión y una radio lobotomizadoras y amordazadas por razones de utilidad privada; también somos corresponsables quienes no pudimos impedir el fraude de 1988, los que no fuimos capaces de evitar la seducción masiva y perversa de Solidaridad, quienes no hicimos lo suficiente para detener el magno atraco del Fobaproa-Ipab, los que no nos dimos cuenta a tiempo que el conjunto de los partidos políticos estaba siendo comprado por el régimen, quienes pensamos que el triunfo de Fox en las urnas era una consecuencia del juego democrático, los que no encontramos la forma de impedir que la oligarquía gobernante se perpetuara en el poder mediante la inmundicia electoral de 2006.
Allí está el resultado de nuestros actos y de nuestras incapacidades: un país que, en vez de enviar a sus niños a la escuela, los manda a cruzar la frontera gringa, y que empieza a habituarse a la espantosa violencia desencadenada por las torpezas del calderonato, mientras los opinadores sumisos dan vueltas alrededor del vaso seco y vacío de la gestión gubernamental con la esperanza de encontrar un ángulo desde el cual se vea medio lleno.
Una de las condiciones necesarias para multiplicar la pobreza, ahondar la desigualdad y consolidar la dependencia –no se hagan bolas, que ese es el programa del gobierno Salinas-Zedillo-Fox-Calderón– es imponer la mentira, para que parezca que los gobernantes hacen lo contrario de lo que hacen: la mendacidad impera en la televisión, la radio y la mayor parte de la prensa escrita, en los discursos, en los spots y en las encuestas. Se llama prosperidad a la miseria, transparencia a la corrupción, fortalecimiento a la privatización, estabilidad a la incertidumbre, seguridad pública a 40 asesinatos diarios. Ante esa impostura sistemática y programada, los reflejos de decencia, cuando se tienen, impulsan a denunciar la mentira, aunque sea a gritos, porque el grupo en el poder y la masa mediática, que son una y la misma cosa, no dejan otro camino.
Eso fue lo que hicieron el viernes pasado en Palacio Nacional los jóvenes Andrés Leonardo Gómez Emilsson y Mario Virgilio Santiago Jiménez, durante la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales de la Juventud. “¡Espurio!”, le gritó ... Más del artículo aquí http://www.jornada.unam.mx/2008/10/07/index.php?section=opinion&article=032a1mun

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