miércoles, 1 de octubre de 2008

Boato imperial en un país devastado por los asesinatos cada vez más aterradores, comidas de honor y brindis sonrientes mientras la Patria se deshace.

Astillero
Julio Hernández López Fax: 5605-2099 •
juliohdz@jornada.com.mx
■ Fiestas privadas
■ Desfile militar, no cívico
■ Veracruz: el góber tramposo



El presidente Felipe Calderón, acompañado del titular de la Procuraduría General de la República, Eduardo Medina Mora, y de los secretarios de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, ayer al anunciar el envío de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública a la Cámara de Diputados Foto: Notimex

El mes patrio cierra con Felipe Calderón dedicado a atender a los príncipes de la corona de la que casi doscientos años atrás se buscó independencia. Boato imperial en un país devastado por los asesinatos cada vez más aterradores, comidas de honor y brindis sonrientes mientras la Patria se deshace. Allí va el políticamente revocado michoacano a su estado natal para encabezar un fugaz desfile militar de compromiso, 34 minutos de blindado rito cuando en otras ocasiones el recuerdo oficial del natalicio de José María Morelos se lleva unas cuatro horas. Discurso demagógico, irritantes promesas reincidentes de apoyos irrestrictos (más y más soldados, más y más policías) y de castigos sin perdón (¿por qué habrían de esperar perdón los verdaderos autores materiales e intelectuales de los atentados del 15?).
El ocupante provisional de la jefatura del gobierno federal se sostiene con los alfileres de las apariencias: el lunes recorrió Morelia, en compañía del desplazado e intimidado Leonel Godoy (al que le ha implantado un cogobierno militar) y de la pareja principesca hispana. No hubo multitudes saludando ni gente en las calles, más allá de las escenografías básicas de acompañamientos forzados (una especie de leva ceremonial) que han debido improvisar en la inmediatez física de los actos formales. Allí Calderón reinó sobre el territorio desolado, mariscal en jefe desde el mismísimo balcón donde el pasado 15 Godoy había hecho sonar las campanas mientras a decenas de metros de él estallaban granadas de acuerdos incumplidos y de provocaciones desde el poder, o los poderes (fácticos o reales).
Privatización armada del calendario cívico, ceremonia pública realizada en la intimidad de (Leer completa): http://www.jornada.unam.mx/2008/10/01/index.php?section=opinion&article=004o1pol

No hay comentarios: