Haciendo una reflexión en torno a este misterio, me acordé que dos de nuestros brillantes secretarios de finanzas habían sido nombrados economistas del año
(no del mismo año, desde luego) por una afamada revista inglesa, me imagino que de sociales o algo así. Me acordé también de aquel memorable discurso de Carlos Salinas en que nos hizo saber que gracias al sorprendente despegue económico del país durante su gobierno, él y su equipo habían logrado reducir el monto de la deuda externa y que México volvería a ser el país rico de antes, pidiéndonos que ello se lo contáramos a nuestros hijos, esposas y nietos; aunque con algunas dudas, como por ejemplo, la del lugar de donde habíamos despegado. Yo se lo conté a mi nieto, que estaba entonces conmigo, y me dio mucho gusto ver su sonrisa; él tenía entonces un poco más de un año, pero su gesto me indicaba que compartía mi entusiasmo.
Tres sexenios después, no sólo seguimos estando pobres, sino que ahora nos dicen que estamos en la crisis más grave de la historia moderna, sólo comparable a...
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