- El fin (provisional) del mundo
- Que siempre no
- ¿Zombis o rebeldes?
El apocalipsis en puerta cedió paso a un progresivo apaciguamiento declarativo gubernamental que de cualquier manera pretende mantener vivo el virus del temor comunitario mediante la fórmula de los riesgos del repunte o de la necesaria convivencia
prolongada con el virus varias veces bautizado. Tal como muchos suponían, el hecho real del contagio peligroso fue convertido en una sobreactuación del calderonismo (estado médico de excepción) que pareció más bien destinada a esconder bajo la alfombra sanitaria los muchos destrozos políticos y sociales recientes y a fortalecer la constante búsqueda de un régimen policiaco y militar que suministre al ocupante de Los Pinos algo de la legitimidad larga e infructuosamente perseguida y algo de control, así sea por la fuerza extrema, de los procesos electorales y sociales que se le escapan de las manos.
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